Duele decir adiós...

Es increíble el cariño que puedes llegar a tener hacia las personas, pero no lo notas hasta que el destino decide separarte de ellas. Aprendí a quererlos por como son en verdad, sin falsas máscaras ni identidades que oculten quiénes son verdaderamente. Son muy especiales, todos y cada uno de ustedes, de sentimientos VERDADEROS hacia los demás, chistosos, buena onda, y sobre todo, unidos. No sé cómo, ni sé por qué, pero estoy segura que nos volveremos a ver, y esta vez nos veremos por más tiempo. Agradezco los buenos momentos que pasamos, porque NO se olvidarán JAMÁS. Sonreír es gratis, alivia los dolores, & hace feliz a los que te rodean. Eso fué lo que aprendí con ustedes en este poquísimo tiempo, a reír, reír con ganas & olvidar los problemas, a mandar a la mierda lo que los demás piensen de tí, ser feliz sin preocuparse por nada, ver la belleza de las cosas en lo más simple, como una flor, el cielo, las nubes... Aprendí a valorar mi vida, a aceptar a los demás tal cual son, sin querer cambiar nada de ellos, porque así es como tiene que ser la vida.

Fué una hermosa experiencia, y a pesar de ser TAN corto el tiempo que pasé con ustedes, me parece que los conozco de toda la vida, esa especie de deja vù al verlos por primera vez fué demasiado fuerte, & el cariño que sentí fué casi inmediato. El primer día fué tan hermoso como el último, porque los lazos de amistad fueron o se sintieron más fuertes. No se olvidarán nunca, son de esas personas que dejan huellas imborrables por donde pasan, personas que me enorgullezco de haber conocido, y la clase de persona que falta en este mundo.