Llegué jadeando, apenas podía hablar, cuando te ví, apoyado contra la pared, llorando. Pregunté que había pasado, ya que me temía lo peor. Por suerte, no era lo que yo pensaba, pero sí era algo bastante malo. Al haber chocado, tu hermana había quedado en estado vegetal, y no sabrían si volvería a despertar. Te abracé, dejé que llorases tranquilamente, te recordé que estaría bien, que todo pasaría, siendo que, por dentro el egoísmo me consumía, estaba ahí porque quería abrazarte, estar contigo. Tu hermana no me importaba casi nada, estaba ahí por tí, para que creyeras una falsa imagen de amiga que te apoya, siendo que la verdad moría por tenerte sólo para mí. Sé que eso estaba muy mal, pero me daría cuenta mucho tiempo después, quizás cuando ya fuese demasiado tarde. . .
"El humano está formado de un espíritu y un cuerpo, de un corazón que palpita al son de los sentimientos." Violeta Parra.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Soñando despierta . . .
Sentada, leyendo un libro, me dí cuenta que tu parecido con el protagonista era inevitable, actuaba como tú, y recordé inconscientemente aquella vez que intentaste acabar con tu vida. Me estremecí, el sólo hecho de pensar que podía perderte me atacó por sorpresa aquella vez, y recordarlo ahora era como meter el dedo en la herida. Te quiero, quizás más de lo que mereces, ya que me has hecho vivir cosas que no debería debido a mi edad. Te entregué mi alma, mi cuerpo y mi mente, porque simple y sencillamente podría decirse que te amo. Te amo sin miedo a reconocerlo, sin miedo a perderte, sin dolor al no ser correspondida. Me incorporé del suelo, & abrí la ventana. Sentí la brisa fría despeinando mis cabellos, y dejé que mi mente imaginase sueños totalmente imposibles. Nos ví a los dos juntos, acostados sobre el pasto, de noche, solos, viendo las estrellas, sintiendo lo mismo el uno al otro, nuestros cuerpos entrelazados en un abrazo . . . De la nada, una llamada de emergencia. Tu hermana había chocado y estaba muy grave en el hospital. Salí de prisa, dejando aquellos sueños tirados, inconclusos, y casi imposibles. Llegué corriendo al hospital, subí hasta el sexto piso por las escaleras, no me detendría a esperar al ascensor si algo malo pasaba.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario